lunes, 14 de noviembre de 2022

Remedios Zafra: "La programación tecnológica es un estrato cada vez más opaco e influyente en nuestra vida"

Remedios Zafra vuelve como esa pensadora que nunca se fue. Su última publicación, "El bucle invisible" (Ediciones Nobel, 2022), bucea sobre la función social de los algortismos invisibles que moldean nuestras vidas e ilusiones, y lo que es peor, nuestro tiempo como trabajadores. Los sesgos con los que nacieron, la despersonalización que proyectan y la falta de atención a las necesidades especiales de algunas personas son solo algunas de las consecuencias sobre las que Zafra teoriza. En una primera persona e intimidad que acaricia, la divulgadora desmenuza nuestras vidas-trabajo que tanto ha tratado en sus anteriores publicaciones.

Usted no busca tener la razón, sino pensar las razones. ¿Quién determina, pues, esas razones que usted piensa?


En el contexto de esa afirmación a la que usted se refiere reflexiono sobre cómo los discursos que desde los noventa han rodeado a la tecnología han sido frecuentemente llevados al reduccionismo de posiciones enfrentadas, como si esas “posiciones” (a favor o en contra) se antepusieran a un abordaje complejo y por tanto abierto a posibles contradicciones. Es en ese marco que en este ensayo busco evitar el discurso maniqueo y efectista que se normaliza en las redes, para transitar reflexivamente (así como permiten los libros) por las historias que señalan ese “quién” por el que preguntas y que podría ampliarse a cómo y dónde se articulan las razones que movilizan, en este caso, la programación tecnológica como estrato cada vez más opaco e influyente en nuestra vida. Y parece que esas razones se forjan en los lugares de poder donde se piensa, crea y programa la tecnología contemporánea, donde actúan poderes económicos y empresariales, pero que vienen ya educados desde una estructura social donde se reiteran determinados imaginarios sobre para qué usamos la tecnología, y quienes están a un lado u otro de la máquina.

Afirma que "vivimos entre erráticas denominaciones de lo que hacemos y lo que esperamos". ¿De qué forma se han creado esas falsas expectativas siempre ligadas al ámbito laboral?


La tecnología está transformado brutalmente el ámbito laboral y en dicha transformación seguimos usando expresiones que no se ajustan a lo que realmente hacemos. El caso al que alude la cita que usted señala tiene que ver con las “vacaciones” que ejemplifica un caso ilustrativo de este cambio. Observe cómo “estar de vacaciones” para muchos trabajadores contemporáneos implica seleccionar esta casilla en una aplicación que registra determinados días de otro color, pero igualmente en tanto los trabajadores siguen conectados, la mayoría sigue trabajando. Es más, la lógica hiperproductiva que predomina nos hace sentir que solo en esos tiempos acotados erráticamente como “tiempo de vacaciones” podremos dedicarnos con mayor concentración a nuestro trabajo más motivacional o ponernos al día en lecturas, pues lo que sí solemos tener en ellos es menos trabajo administrativo o interacción con compañeros. Las expectativas a las que te refieres tendrían que ver con el desajuste entre lo que deseamos y necesitamos y lo que terminamos haciendo, porque así como se vigila cumplir con el tiempo productivo, no suele pasar lo mismo con el tiempo de descanso.

En una sociedad cada vez más digitalizada, la programación es esencial, pero apenas conocemos sus detalles. ¿Cómo se podría acercar algo que se presupone tan técnico al común de los mortales?

Se ha asentado la idea de que la programación es algo distante, exclusivo de profesionales y sumamente técnico, pero recuerdo como a finales del siglo XX muchos especulamos sobre el valor que tendría formarnos en las escuelas o institutos en código y programación, igual que aprendemos otros idiomas. Acotar este conocimiento a unos pocos supone blindar un saber valioso para la sociedad. Un saber que alude a las lentes que programan lo que vemos y hacemos en un mundo mediado por pantallas. Un saber cuya opacidad se está normalizando como beneficio de las empresas que convierten su programación en patrimonio exclusivo de la compañía que lo gestiona con independencia del alcance social que supone. Piense por ejemplo en lo que hoy sobre Google para cualquier pregunta humana que rápidamente es llevada al buscador. ¿Cómo y por qué responde de esa manera y no de otra?

¿Cuáles son los riesgos que entraña la digitalización, por ejemplo, en lo que denomina "servicios masivos para pobres"?

El mundo camina hacia una mayor digitalización que en tanto -como parece- venga dominada por los poderes económicos (sin control democrático) buscará aumentar sus beneficios como propósito. Para ello los servicios mediados por inteligencia artificial crecerán y afirmarán facilitarnos las cosas rebajando los costes. Sin duda, en muchos casos será así, pero cabe observar que mientras los más pobres dispondrán de los servicios de bajo coste que supone toda aquella atención “automatizada y homogeneizada”, los privilegiados siempre podrán pagar asesoría y acompañamiento cualificado “humano y empático” para entender la tecnología, para complementarla, ampliarla y en todos los casos para proporcionar escucha y una atención “personalizada”. 

Así como ahora pasa con los bancos limitados a cajeros en muchos pueblos, pasará probablemente con otros servicios como los sanitarios, asesorías legales, servicios de atención al cliente y todos aquellos que puedan ser suplantados por tecnologías que ahorran costes. Eso sí, tecnologías acompañadas por trabajadores (muy) precarios entrenados para contestar como si fueran máquinas.

En la publicación se pregunta qué significa trabajar, qué significa vivir. ¿Cómo resumiría la respuesta?

Algo inquietante ocurre cuando para muchos el trabajo se ha apropiado de la totalidad de la vida y por tanto sentimos la vida como algo en riesgo, o incluso como un recuerdo.

También sostiene que "hay quienes pensamos que una cultura académica que infravalora los libros es una cultura asustada". ¿No cree que esto significa caer en el academicismo con un punto de clasismo?

No tengo muy claro la manera en que usted relaciona esta frase con el clasismo. Y espero no estar pasando por alto una deducción que de darse habría escapado completamente a mi voluntad. Tal como entiendo esta especulación es acotada al contexto académico y como llamada de atención ante el riesgo de mercantilización del conocimiento que lleva años actuando en la universidad y en el trabajo académico, posicionando unos criterios de valor en la producción intelectual y científica de los investigadores que hegemonizan los artículos y papers indexados en detrimento de otras formas de investigar y producir conocimiento como la más propia de las Humanidades a través de los libros. A mí me parece que hay docilidad y resignación cuando desde la propia academia no combatimos suficientemente estos criterios que ponen en juego la diversidad del conocimiento y los valores que aportan los libros.

Es curioso que los integrantes de las familias más empobrecidas sean los que más tiempo pasan conectados a sus dispositivos. ¿Por qué sucede esto?

Porque el pago cuando el servicio es gratuito es el tiempo.

Ha cambiado el paradigma que relacionaba pobreza con inaccesibilidad tecnológica, al menos en Europa y Estados Unidos donde se han hecho más estudios. Hoy en tanto la gran mayoría dispone de teléfono móvil y la mayoría de servicios y redes online son gratuitos, la forma en que la empresa cobra al usuario es con “tiempo” y con “datos”. No esconden además el uso de estrategias adictivas que enganchan a los usuarios. Y esto ocurre más y especialmente cuando las familias son más pobres y solo pueden orientarse a lo que “es gratuito”, y por ora parte, no disponen de recursos (ni de asesores empáticos) que les ayuden supervisar y controlar los tiempos de acceso.

Menciona en repetidas ocasiones la empatía y la cooperación como forma de salir de los algoritmos y todo lo que dejan a su paso. ¿Por qué nos es tan difícil ponernos en el lugar de los demás y trabajar de forma horizontal?

El trabajo actual favorece el individualismo y visiones estereotipadas del trabajo ligado al cliché, por ejemplo: hombres que programan, mujeres que atienden teléfonos… Cuando hablo de empatía y colaboración busco incidir en la necesidad de hallar nuevas estrategias que no polaricen sino que permitan a los distintos agentes que formamos parte de la sociedad digital hablar ordenadamente, escucharnos, empatizar para comprendernos y colaborar. La ingenuidad que parecen esconder estar palabras no es sino el sentido común de intentar romper con las inercias que asientan desigualdad a través de la tecnología, conscientes de que no hay frase lapidaria, titular acerado que resuma un necesario ejercicio empático de buscar una mejora social que prime a la mejora del capital de unos pocos. Los bucles laborales en los que entramos (que favorecen la lógica racional de ganar más con menos) dificultan el tiempo de escucha y cuidado que requiere empatizar y que es además germen posible de una colectividad reivindicativa.

-Remedios Zafra: "La paradoja de la época es sentirnos conectados y solos al mismo tiempo" (El Confidencial, 24/MAY/2021)

2 comentarios:

  1. Ahora está de moda publicar sobre Inteligencia Artificial(AI) y los todologos se apuntan al tema. Zafra carece de formación en este tema. Si ves sus libros no ha publicado nada hasta el momento sobre AI. Hubo un momento en que a los filósofos les dio por escribir sobre Física Cuántica y el tratamiento que daban al tema era sonrojante, soltando una cantidad de topicazos tremendo. Si de verdad queremos conocer la AI a fondo mejor recurrir al libro de Amy Web, “Los Nueve gigantes….”

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  2. acoding.academy

    La programación tecnológica es el arte de crear futuro. Combina lógica, creatividad y rigor para transformar ideas en software, impactando desde la vida cotidiana hasta las complejas operaciones industriales. Es el pincel de la innovación digital.

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