sábado, 10 de agosto de 2024

[eldiario.es] España no es Reino Unido, pero el discurso de odio es el mismo

El asesinato de tres niñas en Southport el pasado 29 de julio a manos de Axel Rudakubana, un galés de 17 años nacido en Cardiff, con ascendencia ruandesa, ha sido el detonante para que el racismo tome las calles de Reino Unido. Un bulo encendía una mecha demasiado larga, construida durante décadas en las que la extrema derecha británica no ha dejado de azuzar un discurso de odio que periódicamente acaba en disturbios, palizas y señalamientos a personas racializadas. Unos señalan con el puño en las calles lo que otros han señalado antes desde sus púlpitos: que todo lo que parece no Occidental es el enemigo a combatir.

Aunque cuesta trazar una ligazón entre lo que sucede en las calles de Reino Unido con lo que podría llegar a pasar en España, varios expertos señalan que el origen de las imágenes que vimos de personas intentando quemar hoteles en los que supuestamente se alojaban solicitantes de asilo tiene su origen en un relato xenófobo que ha ido calando, y que tiene ecos que podemos identificar perfectamente a nuestro alrededor. Sin ir más lejos, el portavoz de Vox en el Parlament catalán, Ignacio Garriga, defendió en su discurso durante el debate de investidura de Salvador Illa a los manifestantes ingleses, y volvió a relacionar a los migrantes con la delincuencia: “El islamismo es incompatible con Occidente”, concluyó.

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