martes, 23 de agosto de 2016

[El Joven Tintero] El árbol de la ciencia, de Pío Baroja

Resulta poco atrevido definir a El árbol de la ciencia como uno de los mejores libros de Pío Baroja, dada la atmósfera decadente, los pueblos perdidos en el pasado y los personajes tan reflexivos como típicos de la Generación del 98.

El propio Pío Baroja denomina a El árbol de la ciencia como “probablemente el libro más acabado y completo de todos los míos”. La obra, escrita en 1911 está englobada en la trilogía titulada La Raza, en la que también se encuentran La dama errante (1908) y La ciudad de la niebla (1909). En esta obra, ambientada en torno a 1898, ya que se habla del desastre sufrido en América y la pérdida de las colonias españolas, se distinguen temas que nunca abandonarán a los escritores de la Generación del 98 ni tampoco a los realistas del siglo XIX. Entre estos temas quizá el que más sobresale es el desarraigo que el autor siente hacia su propia patria o la confrontación del mundo rural (Alcolea del Campo) frente a la ciudad cosmopolita abierta al progreso (Madrid).

Seguir leyendo AQUÍ


martes, 16 de agosto de 2016

[El Joven Tintero] En la carretera, de Jack Kerouac

'El rollo mecanografiado original' es el subtítulo que apadrina este libro, En la carretera; y como todos los de Kerouac, protagonista de la Generación Beat, nos envuelve en un entorno en el que el destino se confunde con la suerte y la fortuna baila con el deseo.

Jamás había leído una novela en la que el miedo estuviera tan lejos. Ya he terminado el libro, pero ha empezado mi andadura en nuevos conocimientos, nuevas aventuras, nuevas vidas que están esperando sin ni siquiera saberlo. Quizá el mejor novelista de la Generación Beat nos obliga a montarnos en el coche con él, viajar en su mochila y con sus inseparables amigos. Como la sensación de unidad que tiene con Neal Cassady, en donde uno es capaz de dejar su familia por el otro, en donde el otro es capaz de abandonar su vida por compartir la del uno. De esta forma, llegas al final del viaje, que se parece mucho a su Camino, llegas al final y te das cuenta de que la vida no está allí, sino en la distancia que lo separa del aquí.

Seguir leyendo AQUÍ