miércoles, 23 de mayo de 2018

Con las manos

Tengo los pulmones alicatados a las costillas.
Palpitaciones indecentes hacen que mi corazón
bombee sangre, sangre, sangre negra
llena de libertad.

El tiempo es un invento
que nos agrieta el cartílago.
Dóblate, tuércete, el camino no es recto.
Cierra los ojos para verlo.

Nací con un manual de instrucciones
en mis huellas dactilares:
no existe lenguaje alguno
para desentrañar los sentimientos nobles.

Las piernas están paradas
cansadas de no saber a dónde ir.
No soy yo el dueño de mí.

Lucha, lucha, lucha.
Abre los ojos para verla,
muerto en vida
vida que no brilla.

Resucité al tercer grito.
Y estoy aquí.
Mi vida soy yo
cuando estoy con quien elijo.

La huida se hace con las manos.

Por Ruth Montiel Arias.

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