domingo, 19 de mayo de 2024

[Público] La fábrica de harinas de Alcalá de Henares y el refugio antiaéreo de la guerra que construyeron los propietarios bajo su casa

Una puerta de madera carcomida por el paso del tiempo servía de entrada al refugio. Pronto comienzan los 19 peldaños que llevan a más de 3,5 metros de profundidad bajo el suelo. Menos de un metro separan a una pared de otra, y la altura alcanza los 1,88 metros. Sus pasillos giran bruscamente, siempre para evitar que el posible impacto de metralla pudiera alcanzar a las personas guarecidas en el zulo. En total, 13,5 metros de angosto recorrido para llegar al habitáculo final.

Dentro, con una superficie útil de 20 metros cuadrados, se escondió la familia de Sergio Real durante los bombardeos de los sublevados que en 1937 y 1938 asolaron Alcalá de Henares. Nada más levantar la trampilla, un cable que abastecía de electricidad al zulo acompaña durante todo el recorrido. Bombillas y casquillos destartalados son la tónica general, así como interruptores desfasados, hasta llegar a la habitación. En ella, todavía pervive una gran tinaja y el respiradero, protegido con unas rejas ahora cegadas de piedras.

El refugio construido debajo de la fábrica de harinas. — G. Martínez

Estamos en el número 28 de la calle Daoiz y Velarde, lo que fue la propia vivienda del mencionado empresario, poseedor de la central eléctrica adyacente, y que tiempos antes perteneció a la familia Azaña, y de la conocida como fábrica de harinas La Esperanza, hoy considerada Bien de Interés Cultural (BIC).

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