Dentro, con una superficie útil de 20 metros cuadrados, se escondió la familia de Sergio Real durante los bombardeos de los sublevados que en 1937 y 1938 asolaron Alcalá de Henares. Nada más levantar la trampilla, un cable que abastecía de electricidad al zulo acompaña durante todo el recorrido. Bombillas y casquillos destartalados son la tónica general, así como interruptores desfasados, hasta llegar a la habitación. En ella, todavía pervive una gran tinaja y el respiradero, protegido con unas rejas ahora cegadas de piedras.
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El refugio construido debajo de la fábrica de harinas. — G. Martínez |
Estamos en el número 28 de la calle Daoiz y Velarde, lo que fue la propia vivienda del mencionado empresario, poseedor de la central eléctrica adyacente, y que tiempos antes perteneció a la familia Azaña, y de la conocida como fábrica de harinas La Esperanza, hoy considerada Bien de Interés Cultural (BIC).
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