sábado, 10 de noviembre de 2018

El bar de los desengaños

Escribir es saborear el viento en contra

Víctor Maverick


El aire agita con cariño la marejada
desprovista de escudo que la parapete
del vaivén de la luz de la noche.
De las noches frías.

Gran desconcierto en el bullicio interno
con órganos que retumban
en la catedral de tu pecho.

Las preocupaciones indecisas
zigzaguean entre mis neuronas
donde impulsos demasiado nerviosos
me recuerdan que sin esperanza no hay vida.

Al viento de cara
le da igual que tengas los ojos cerrados:
la claustrofobia de tu cráneo te obligará a abrir la boca.

En días como este,
en madrugadas como aquella,
no se fían las copas de malos tragos
en el bar de los desengaños.

Conversación y raíz. [Enero 2018.]; por María Gmez P

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