jueves, 23 de noviembre de 2017

Página Suelta #20. Sobre los disparos de Manu Brabo a los disparos de la guerra

No conocía a Manu Brabo hasta que leí una entrevista que le hizo Ramón Lobo para Jot Down Cultural Magazine. En ella ya pude atisbar cierto punto de vista crítico con la realidad, pues como bien refleja su titular (“Si la gente gritara en la calle lo que grita en Facebook sería la hostia”), aunque desempeñe su trabajo en terrenos muy lejanos a los de España, su mirada, siempre mucho más importante que la vista, no se despega de su país natal.

Visitantes en la exposición Un día cualquiera, la primera de Manu Brabo en solitario / © Guillermo Martínez
Supe que se dedicaba a la fotografía y que había estado presente en las últimas protestas en Oriente Medio: Siria, Libia, Irak o Egipto. Y eso es lo que hizo, ayudarnos a no olvidar que aquél presente que nos llega como algo muy lejano es la pregunta que encuentra respuesta actualmente en el miedo que asola Europa.

Más tarde empecé a ver colaboraciones suyas en algunos dominicales, e incluso en prensa extranjera. Así es como me enteré que fue el ganador del Premio Pulitzer de fotografía en 2013. Me gustaban sus instantáneas, mordaces, a fuego abierto, y es precisamente ese fuego el que nunca se apagará, el que consigue avivar cada vez que cualquier persona se enfrenta a una de sus instantáneas.

Una de las fotografías expuesta en la exhibición
fotográfica de La Neomudéjar / © Guillermo Martínez
Nunca le había escuchado hablar hasta que dio una clase magistral en la Fundación Telefónica sobre fotoperiodismo. Tajante en las respuestas que aportaba al público asistente, la primera impresión es de impertinencia, de novato a la hora de intentar explicar algo ante un auditorio. Pero él sabía cómo guiar la charla, y lo hizo en silencio, mostrando su trabajo, interrumpiendo de vez en cuando para contar alguna anécdota  sobre la fotografía que exponía.

También relató sus inicios, por qué, cuándo, cómo, con quién y dónde empezó. Describió perfectamente las 6W's que toda entradilla periodística debe contestar. Asimismo, este asturiano de toda la vida nacido en Zaragoza, también escribe de forma frecuente textos explicativos, con rasgos literarios bien logrados, que acompañan a las fotografías en las publicaciones.

Polivalente, es de las pocas personas a las que agradezco su parquedad de palabra (en el buen sentido del término), pues así nos ayuda a que la imaginación vuele, a pensar si la imagen que capturó lo hizo tumbado en el suelo, agachado o mientras se escondía de las balas. Reflexionar sobre la expresión del rostro del propio fotógrafo al inmortalizar sucesos tan atroces como los de las guerras.

Con un objetivo realmente humano, tanto en la cámara como el fin perseguido, me sorprendieron las caras de algunas personas que paseaban por la primera exposición en solitario, en La Neomudéjar, y que está organizada por National Geographic, una de las entidades punteras en el ámbito de lo documental. Tristeza, incomprensión, susurros entre parejas, miradas de autocompasión de unos visitantes con otros... Llamada Un día cualquiera, la muestra descuartiza la cotidianidad a la que estamos acostumbrados.

Una pareja mira detenidamente una docena de fotografías 
de Manu Brabo / © Guillermo Martínez
Qué más puede hacer un fotógrafo que combatir los disparos de metralletas con los disparos de su cámara.

Más información sobre la exposición en El Joven Tintero.

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