La cuestión parecía sencilla: Ferrero necesitaba trabajar a jornada continua para poder hacerse cargo de su hijo pequeño, y así lo expuso ante la empresa. El proceso comenzó en octubre de 2019. En ese mes, este catalán de 37 años reclamó a ImesAPI que su horario pasara a ser continuo, desde las 7 de la mañana hasta las 15 horas de la tarde. “Yo soy un padre de un niño de 3 años que iba a la guardería y me interesaba hacerme cargo de él y estar más en casa , pasando tiempo y disfrutando juntos”, comenta el afectado. El oficinista, que además es delegado sindical en la compañía por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), sabía perfectamente que desde las 7 de la mañana ya había otros compañeros utilizando ordenadores en las instalaciones, por lo que supuso que no habría ningún problema en que él también pudiera hacerlo.
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