sábado, 16 de julio de 2022

[El Confidencial] La Barraca, los barracos y Lorca o cómo el teatro clásico fue vanguardia en los pueblos de España

Dos furgonetas, diferentes decorados, trajes vanguardistas y hasta una mujer carabina para sofocar el ardor de los jóvenes y así permitir que sus compañeras pudieran emprender también el viaje, es todo lo que 'La Barraca' llevaba en sus salidas. Visitaron más de 70 localidades en las que representaron hasta 14 repertorios combinables desde 1932 hasta 1936, todas ellas con un repertorio distinto. En estos viajes, los estudiantes veinteañeros intentaban acercar los clásicos a las zonas más alejadas de la urbe, pueblo por pueblo. El 10 de julio de 1932 tuvo lugar su primera función en el Burgo de Osma, Soria. Ahí, Lorca, que ni había fundado la improvisada compañía ni le puso el nombre, ya estaba al frente de una experiencia en la que daría rienda suelta a su imaginación y forma de regenerar el teatro.

El Retablo de las Maravillas (Fundación Lorca)
Han pasado 90 años desde aquella primera salida que se reproduciría en los años venideros y en la que se agruparon socialistas, comunistas y hasta falangistas que después acabarían asesinados en checas. Ellos eran diferentes, en todos los sentidos, pues no querían hacer lo mismo que el Teatro del Pueblo, comandado por entonces por el dramaturgo Alejandro Casona e interesado en instruir a la ciudadanía acercando la nueva realidad que pretendía construir la recién nacida República. “La Barraca era mucho más vanguardista y querían alejarse del teatro de zarzuela, el teatro burgués. Ellos trabajaron los grandes clásicos de una forma muy novedosa”, incide Julio Vélez, director del Instituto del Teatro de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

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