Tres corredoras que bajan sudorosas buscan la sombra de unos árboles que cobijan a dos grupos de personas sobre el césped: unas practican yoga, otras calientan para realizar su entrenamiento diario. Cerca, jóvenes y no tan jóvenes se turnan para utilizar las barras que componen el parque de calistenia. Algo más alejadas, unas diez personas ataviadas con guantes de boxeo aprenden cómo moverse por un ring imaginario mientras dos niños echan carreras con sus pequeñas bicis. Esta estampa, cada vez más repetida en los grandes parques de
Madrid, ha llegado para quedarse.
Los espacios verdes de la capital se consolidan como grandes zonas en las que poder practicar
deporte sin incurrir en demasiados gastos. Los municipios son conscientes, y lo promocionan. La sociedad quiere "estar en forma", pero no tiene tiempo. Por eso, aquí también se hace fuerte la individualización a la que nos empuja las dinámicas de la gran ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario