lunes, 4 de septiembre de 2023

[El Español] El éxodo de Jesús Pastor, último niño de un pueblo de Segovia que ya no existe y vecino de otro extinto

Nació en una de las dos únicas casas que quedaban en pie en Negueruela, un pueblo de Segovia. Y fue de casualidad. Su madre visitaba a la abuela y, de improviso, nació. Era 1945 y se convirtió en una de las últimas criaturas que vio la luz en ese pequeño poblado. Se llamó Jesús Pastor. Cinco años después, Negueruela quedó deshabitado. Los pocos habitantes que había marcharon cerca, a San Miguel de Neguera, donde continuaron naciendo algunos niños más y Jesús ya convivía con su familia. El destino hizo que la historia se repitiera. En torno a 1960, San Miguel se convirtió en un lugar inhóspito. Desde entonces, por sus calles solo transitan almas que un día llenaron de vida el lugar.

“Lo primero que recuerdo es venir a la escuela a Sebulcor con seis años desde San Miguel, a unos cuatro kilómetros, e ir jugando con los animales por el camino”, relata Jesús al teléfono. San Miguel de Neguera tampoco era gran cosa. Estaba inserto en una finca en la que se encuentra el Palacio de los González de Sepúlveda, declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento. “Lo llamábamos El Barrio y allí teníamos de todo: vacas, ovejas, cerdos, patos, gallinas…”, continúa Jesús.

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