jueves, 15 de septiembre de 2022

[El Confidencial] El brutalismo en Madrid más escondido: entre el mal gusto y los ecos a Le Corbusier

La corriente surgida a mediados de la década de los 50 ha dejado numerosos ejemplos brutalistas en la capital. Su estructura, a la vista de cualquier persona, sigue impresionando a los viandantes. Con motivo de la octava edición del Open House Madrid, que se celebrará del 23 al 25 de septiembre, hacemos un repaso a la arquitectura brutalista de la capital de España.

Edificio de la facultad de Ciencias
de la Información de la Ciudad Universitaria
Aunque ahora se pueda llegar a considerar brutalista cualquier edificio grande de hormigón rugoso, cuando apareció esta corriente arquitectónica la apuesta iba mucho más allá: implicaba cierto compromiso con la profesión, un modo concreto de hacer las cosas. Madrid, adonde llegaban las novedades mundiales en torno a la arquitectura a través de las revistas especializadas del momento, no se libró de esta línea constructiva que a nadie pasa desapercibida. Sin embargo, los edificios de la capital fueron levantados, más bien, sobre un corolario de tendencias, por eso es tan complicado encontrar obras puramente brutalistas.

Daniel Díez Martínez, profesor en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), recuerda las características que el artículo firmado por Reyner Banham y publicado en diciembre de 1955 asentó sobre el brutalismo: dejar la estructura y las instalaciones a la vista; honestidad material, es decir, que los materiales estuvieran sin tratar, en bruto; y claridad formal y estructural, que fueran edificios “sencillos de leer”, explica el también especialista en divulgación de la arquitectura.

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