domingo, 19 de diciembre de 2021

[Público] Las últimas palabras de despedida antes del fusil al amanecer

El deseo final, la conciencia tranquila y la frente contra el gatillo. Todo ello se aglutina en los testamentos fugaces, premonitorios en ocasiones, sinceros siempre, que escribieron aquellos condenados a morir fusilados por los franquistas. Era 1936 y la Guerra Civil ya había terminado en La Rioja. Los sublevados lograron conquistar la comarca en la que, finalmente, dejaron 2.000 cuerpos inertes de republicanos asesinados. "Dicen que el papel lo soporta todo. Los términos de cualquier acuerdo, la letra pequeña de un contrato, el amor más apasionado, toda la alegría y la belleza que caben en este mundo y también la pena y el dolor que nos parecen incontables", refleja Carlos Gil en el prólogo de Escríbeme a la tierra. Las cartas de los que van a morir. La Rioja: 1936 (Pepitas editorial, 2021).

Una de las misivas enos presos republicanos en La Rioja 
a sus seres queridos / Pepitas Editorial

Este cuidado, completo y novedoso volumen, cuyo autor es el investigador Jesús Vicente Aguirre, saca a la luz unos 40 perfiles de aquellos presos que escribieron a sus seres queridos desde las cárceles riojanas. En total, 160 misivas que dan vívida cuenta del estremecimiento y de la fe en que nada pasaría que se sentía entre barrotes. De ellas, seis decenas están transcritas al completo acompañadas de su correspondiente imagen. "La idea es mostrar lo que significaron estas cartas, una especie de perpetuidad de aquel condenado a morir", explica el propio autor.

Así ocurre con Gumersindo Azcárate, nacido en Ezcaray en 1878, antiguo profesor de Franco en la Academia Militar que llegó a ser jefe militar de la Casa del Gobierno de Euskadi. Refirió algunas de sus últimas palabras al alcalde del momento en Alcalá de Henares, lugar en el que Azcárate se enfrentó a sus compañeros militares sublevados en los primeros momentos tras el golpe de Estado: "Mi querido amigo: Le escribo en capilla. Cuando reciba esta ya no existiré. Muero como viví: leal. Nada vale mi vida. Si el ejemplo sirve para bien de la República, gozoso la ofrezco". Fechada en diciembre de 1937, es de los pocos republicanos que mueren una vez superado el primer año de la contienda.

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