miércoles, 30 de agosto de 2023

[El Confidencial] El Gobierno las persigue, pero las bebidas energéticas no dejan de crecer entre niños

Este verano, una abuela española fue de vacaciones con sus nietos a Reino Unido. En un momento dado, los niños, aún no adolescentes, le pidieron que entrara a una tienda y les comprara un particular refresco: "Ese, abuela, ese que pone Prime". Cuando fue a pagar, el encargado le dijo que no podía venderle esas botellas porque sabía que eran para los niños. El famoso Prime es una bebida energética lanzada por dos de los youtubers más famosos del mundo, Logan Paul y KSI. La bebida aún no ha llegado oficialmente a España (solo está en tiendas de importación), pero el hype entre los jóvenes es tremendo.

El refresco es vegano y no contiene azúcares, pero a cambio les suministra 200 miligramos de cafeína en vena, casi el doble de un Red Bull y el equivalente a seis latas de Coca-Cola. El mercado parece saturado de marcas, pero la industria siempre encuentra la forma de introducir algo más.

Los 'influencers' y la publicidad

Cada vez hay más bebidas energéticas y se consumen más y a edades más tempranas. El año pasado, el Gobierno elaboró un real decreto para limitar su publicidad, pero no ha servido de nada. Su difusión sibilina a través de influencers, líderes de opinión para miles de adolescentes, deja poco espacio para su regulación publicitaria. Para gustos, sus numerosos y novedosos sabores. Para venderlas, sus atractivos y potentes colores. Las bebidas energéticas inundan el estómago de cientos de jóvenes cada día, pese a su alta composición en cafeína y otros elementos perjudiciales si se ingieren en grandes dosis. ¿Deberían restringir su venta a mayores de edad? ¿Serían adecuadas campañas de sensibilización para alertar de sus peligros? El consenso de los expertos apunta a que la persuasión que ejercen para su compra en los jóvenes es un arma que no dejan de explotar las compañías.

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