Aquella fue su primera oportunidad y no la desaprovechó, de modo que ahora casi 50 de sus obras se muestran en un municipio cuyos habitantes le aclaman siempre que le ven embelleciendo sus paredes.
“Es verdad que con los años fui cogiendo cierto renombre, hasta que un día el Ayuntamiento me dijo que si podía hacer algo para ellos, así que empecé a buscar sitios por la ciudad”, comenta, y se decantó por una gran fachada en la que hizo “11 fragmentos de la pintura española, con Julio Romero de Torres, Murillo, Velázquez, Goya, Dalí, Miró… Y algún cuadro mío también”, dice el artista con tono socarrón.
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