Alvar Gutiérrez es uno de los cientos de periodistas en España que vive en un limbo eterno: demasiado cualificado para ser junior en las empresas privadas, demasiada poca experiencia para los demás puestos de trabajo. A sus 24 años, vio que se encendía una luz al final del túnel cuando Radio Televisión Española (RTVE) convocaba después de unos 15 años las tan ansiadas oposiciones. La ilusión apenas ha durado unas semanas, pues el ente público ha establecido la necesidad de acreditar una experiencia mínima de un año entre los requisitos para poder presentarse, algo que, según denuncian los sindicatos, sería ilegal según la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público y la propia Constitución Española.
En concreto, RTVE especifica la experiencia requerida de esta forma en el punto número 3 de las bases específicas de la convocatoria: "Haber prestado servicios por un periodo igual o superior al año (365 días) en puesto análogo al que opta, prestados desde el 1 de enero de 2007", algo que según denuncian opositores como Gutiérrez, contraviene el artículo 23.2 de la Carta Magna, donde dice que los ciudadanos "tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, con los requisitos que señalen las leyes".
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