jueves, 7 de enero de 2021

[El Asombrario] ¿De qué están hechas las cosas que no vemos? Monstruos y sombras en el arte

¿De qué están hechas las cosas que no vemos? La exposición ‘Bajo la superficie (miedos, monstruos, sombras)’ ahonda en una interlocución necesaria entre artistas y espectadores. La muestra, en la Sala de Bóvedas del Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, reúne a 17 artistas con obras de diversos formatos que muestran el estremecimiento humano ante sus sensaciones. Soledad, angustia, impacto: realidad. Y ahora más realidad (nueva) que nunca.

‘Hipocéfalo’ de Mateo Maté. Foto: © Guillermo Gumiel/Condeduque
Comisariada por Javier Martín-Jiménez, esta exposición concebida para este espacio tan particular inicia un ciclo de muestras colectivas que analizarán temas transversales tratados en la programación del Centro. En palabras de su directora artística, Natalia Álvarez Simó, “se abre una nueva etapa en la que se desarrollarán nuevas áreas de creación y pensamiento, materializándose en exhibiciones de cine, música o artes escénicas”. Refiriéndose a la muestra en cuestión, la propia Álvarez incide en que “este trabajo conjunto nos hace preguntas que se han repetido durante todo el confinamiento causado por la pandemia del coronavirus”.

Bajo la superficie deja de ser un titular para convertirse en algo real. El edificio en el que está ubicada, construido en 1717 y pensado para la caballería militar, esquematiza tres mundos bien diferenciados: el mundo civil, fuera de él; el mundo militar, de muros para adentro; y el mundo de las fieras, las caballerizas, el espacio en el que se desarrolla la muestra. Uno se introduce a esa sala subterránea como si viniera de otro mundo. Al bajar las escaleras, enfrente, la primera proyección por parte de Zoé T. Vizcaíno, quien grabó el oleaje de los mares de Noruega, una zona temida por los marineros de la zona. Como si de un reflejo se tratara, otra escultura de Bernardí Roig ilumina un rincón del hall. Y cuando llueve, el charco del agua se convierte en el reflejo de esa misma obra que carga con una pesada losa, tiene el rostro tapado y juega con una minuciosa ambivalencia entre el verdugo y el condenado.

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