Hasta 50.000 españoles viven en Holanda prestando sus servicios en empresas de logística, un lugar al que llegaron convencidos de que allí encontrarían el trabajo que no encuentran en España. Todo parecía bonito sobre el papel, aunque la realidad es otra: al llegar al país la propia empresa de trabajo temporal (ETT) les envía a alojamientos como residencias o campings. A ello hay que sumar la total disponibilidad para la empresa contratante, que puede disponer del trabajador a cualquier hora. Por otra parte, el empleado está obligado a pagar a la ETT los costes de su estancia (en torno a 400 euros mensuales por una habitación doble sin ventanas), del seguro de salud en el trabajo (115 euros mensuales), y el transporte desde el alojamiento al centro de trabajo (unos 100 euros al mes). Si se tiene en cuenta que en Holanda son legales los contratos de 0 horas, muchos de estos españoles terminan con nóminas negativas al finalizar el mes.
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